80 km de senderos marcados, que culminan a una altitud de 1.850 a 2.465 metros, Faraya ofrece una vista impresionante. De visita por un fin de semana o por una larga estadía en las alturas del Monte Líbano, Faraya es uno de los mejores lugares para apreciar los variados paisajes, ricos en contrastes.
Este destino se presta tanto para una estancia en invierno como en verano. ¡Pero veamos cómo se ve en las imágenes!
La historia turística de Faraya comienza en 1960, cuando un grupo de apasionados esquiadores libaneses construyó los primeros cuatro albergues de esquí e instaló en la zona el primer telesquí importado de Suiza. Tres años después, con la financiación de un banquero visionario y miembro del parlamento libanés, la estación Faraya se desarrolló y se convirtió, tras la guerra del 75-90, en una de las más conocidas del Líbano.
Con una superficie cercana a los 160.000 m², el resort es un lugar de referencia para la jet set libanesa, tanto en invierno como en verano.
En la cima del Mzaar, el punto más alto, se pueden admirar el valle de Bekaa, el Monte Hermon en el Anti-Líbano y otros picos como Zaarour, Laqlouq y los Cedros.
Esta localidad destaca por sus numerosos chalets de piedra con tejados de naranja. También es el lugar ideal para descubrir el lago artificial de la presa de Chabrouh, una auténtica curiosidad natural, enclavado en el corazón de las rocas montañosas, y que sólo se puede recorrer a pie, en menos de 20 minutos.
En lo alto de Faraya, en Ouyoun el-Simane (Kfardébiane), numerosos establecimientos hoteleros son punto de partida ineludible para los visitantes.
El circuito comienza en Kfardébiane, pasa por Faraya, Faqra y Baskinta. Una ruta real que combina un descubrimiento arqueológico excepcional, una visita a lugares religiosos y una escapada a espacios naturales aptos para el senderismo.
Faqra, justo al lado de Faraya, alberga templos romanos, columnas, altares y tumbas romanas, todo en muy buen estado. De camino a las ruinas de Faqra, se puede ver un puente natural, llamado Jisr al-Hajar (el "Puente de Piedra") con un arco de treinta y ocho metros.
Faraya es también una oportunidad para visitar la magnífica estatua de San Charbel, izada a 2000 metros sobre el nivel del mar.
Y finalmente, en términos de hoteles, restaurantes y excursiones, como siempre en el Líbano, tendrá mucho donde elegir. El imprescindible Rikky'z y otros Montagnou serán apreciados por fiesteros e instagramers en ciernes, y otros hoteles mucho más íntimos y de gran calidad sabrán cómo comerte o alojarte para una estancia excepcional en la zona...