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Sabías ? Frutos secos como las nueces, las avellanas o las almendras son tesoros nutricionales. Siempre y cuando las consumas con moderación, y como sustituto de snacks azucarados y otras barritas ricas en cereales refinados. Los frutos secos de las semillas oleaginosas son muy buenas fuentes de grasas Las semillas oleaginosas, y especialmente los frutos secos, ocupan un lugar preponderante en la dieta cretense, que es uno de los hábitos alimentarios más saludables del mundo, y a la que dedicamos una sección aparte en el blog de Libshop. Al igual que el aceite de oliva, otro superalimento, los frutos secos son muy buenos proveedores de ácidos grasos, especialmente omega-9 y, a veces, omega-3. El omega-9 previene las enfermedades cardiovasculares al tener un efecto beneficioso sobre el colesterol, reduce la presión arterial, regula el azúcar en sangre y es beneficioso para el sistema nervioso. El omega-3, que necesitamos en pequeñas cantidades, ayuda a prevenir enfermedades cerebrales degenerativas como el Alzheimer, ayuda a proteger el sistema inmunológico, combate la resistencia a la insulina y tiene efectos positivos sobre el sistema cardiovascular, a la vez que es antiinflamatorio, ayudando así a combatir contra la tendinitis,

Las legumbres, también llamadas verduras secas, son alimentos lamentablemente poco conocidos y poco consumidos en las dietas industriales “modernas”. Sin embargo, son un tesoro escondido en materia de nutrición. Las legumbres son plantas vegetales cuyo fruto es una vaina, y que se cultivan con el fin de obtener granos secos comestibles. Entre los más conocidos encontramos los garbanzos, las habas, las judías rojas y blancas e incluso las lentejas. Se trata de plantas ancestrales, originarias del Mediterráneo para algunos y de Asia para otros. Además, la mayoría de los pueblos ancestrales los han adoptado en la cocina de los cuatro rincones del mundo, desde el hummus mediterráneo (elaborado con garbanzos) hasta el tradicional desayuno inglés (alubias blancas en salsa) pasando por el dal indio (guisantes o lentejas). Aunque son un poco tediosos de cocinar, más en cualquier caso que el arroz o las patatas, tienen dos grandes ventajas: su delicioso sabor cuando se utilizan correctamente en la cocina y sus beneficios para la salud. Este es el segundo punto que abordaremos aquí. Y hay muchas razones por las que las legumbres son buenas para la salud. Su riqueza en fibra estabiliza los niveles de azúcar en sangre gracias a su

Este artículo forma parte del libro blanco de LIBSHOP: Dieta mediterránea para una salud fuerte, cuyo resumen encontrará aquí. Muchas veces nos han dicho que debemos comer 5 frutas y verduras al día. Si este método pretende empujarnos a orientarnos más hacia los productos procedentes de la agricultura y no hacia los productos procesados, las proteínas de mala calidad o incluso las grasas hidrogenadas (patatas fritas, bollería, panes de sándwich, alimentos fritos...), entonces parece loable para avanzar hacia una estilo de vida saludable. Pero una vez alcanzada esta etapa, muchas veces tendemos a acostumbrarnos a los mismos productos, en cantidades más o menos saludables. A veces aprovechamos para consumir diariamente, por la mañana y por la noche, grandes cantidades de determinadas frutas ricas en fructosa, en lugar de verduras, tubérculos o legumbres, por ejemplo, que tienen menos impacto sobre los niveles de azúcar en sangre. De la misma manera, cuando pensamos en frutas y verduras, no necesariamente pensamos en “plantas” en su totalidad, y menos aún en especias, hierbas y otros condimentos que muchas veces son rehuidos, por ignorancia o pereza. Especias que se encuentran comúnmente en la cocina mediterránea, que